martes, 12 de abril de 2011

Carmelita descalza

Y resulta que a esta chica le encanta comer de mis sobras. Por una parte todo lo que descarto se lo entrego a las hienas, no me interesa a donde va a parar, pero nena hace cinco minutos que le dí libertad condicional y ya estas ahí paradita buscando, me pareces triste, me pareces de cuarta, me parece que tengo un pedazo de alfajor en la cartera que no me comí, ¿también lo queres?.
Aún más tiene el tupé de sugerirle al pibe que no quiere nada serio porque no sabe en que quedaron las cosas conmigo WTF. Mira rubia, sos linda y probablemente si te doy una lista de mis chongos descartados y sus respectivos teléfonos algo consigas por ahí también, pero aclaremos esto: no te vengas a hacer la preocupada por mi, si soy tu modelo a seguir y queres todo lo que toco preocúpate por lo que pueda llegar a pasar si reclamo mis pertenencias.
Error mi amor, grave error intentar caminar sobre mis pasos, ¿no te contaron que soy una conchuda, rencorosa y soberbia? Por ahí pensaste que no me iba a enterar, pero no te creo tan ingenua. No me importa el largo de tus piernas, ni el tono de tu tintura, la próxima vez que se te pase la idea de comerte algo que deje a un costado provisoriamente tene la madurez y la decencia de consultarlo conmigo, porque uno de mis deportes favoritos es desenmascarar conchudas y no tengo ningún problema en abrir mi boca en tu contra.
Como soy una señorita no estoy yendo a buscarla de los pelos ni voy a hacer un papelón público, sino apelo a este espacio que media mi vida privada con la pública y le dejo a la piba esta la posibilidad de contestar públicamente en una sesión de derecho a réplica. ¿Se animará?

1 comentario:

  1. ¿qué onda el alafajor de tu cartera? tu blog es clarísimo. Gracias

    ResponderEliminar