lunes, 2 de mayo de 2011

punto g

No se si todos estábamos al tanto que el ginecólogo alemán Ernest Gräfenberg se considera descubridor de la zona erógena femenina, algo así como que no existía nada hasta que el llego y dijo "bueno chicas, como este año se portaron bien he descubierto que tienen sentimientos en la vagina y están acá!" (lease con tono alemán como padre cagando a pedos a sus hijos). Supongo que si no venía un alemán a decirme a partir de donde me puedo excitar nunca lo hubiera encontrado, como otro famoso austriaco que estaba enojado con la madre porque se le quemaron las tostadas y declaró con el poder de la verdad universal que un mundo blanco y masculino le da a esta clase de forros que la culpa de todos los males es de las madres, con esa línea de pensamiento estoy convencida que en lugar de matar a Bin Laden deberían haber ido a torturar a su progenitora.
Me juego las uñas de mis pies a que este mamarracho de ginecólogo no hubiera encontrado nada si su mujer no le indicaba el camino (atrás, a la derecha y ahora arriba y cuando termines transformate en pizza). Lo mejor de todo es que hay una comunidad científica (masculina) que pone en duda la existencia "geográfica" de la zona y debaten sobre el tema bajo el titulo "objeto ginecológico no identificado" y aunque quiero hacer muchos chistes sobre algunas capacidades masculinas para ubicarse en el mapa sin pedir ayuda me voy a limitar por lo cliché que resultaría.
Por la calidad y contenido de las publicidades de productos femeninos me juego a que atrás hay un "creativo" hombre indicando como se debe sentir una piba cuando le viene, seguramente su novia sea como las forras que aparecen en los spots y ojala sea así porque se merecen.
No soy el tipo de chica que se para frente a un chico a pedirle que la ame, ni del tipo que encabeza una huelga quemando un corpiño, mi sexismo intermedio me hace apelar a la cordura y sugerirle a los chicos que se metan en su asunto.

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